¿ NOTICIAS DESDE EL PÚLPITO O AL RITMO DEL PEOPLE METER ?: Cornelio Merlín Cruz

Muchas veces me he involucrado en discusiones en las cuales se debate respecto de si los medios deben cubrir los temas que la gente realmente quiere conocer o si tienen que establecer la agenda con noticias que sean importantes y trascendentes.
Algo así como decidir entre preocuparse por avanzar en los grandes tópicos o recurrir al manoseado interés por los problemas reales de la gente.
Cuando estoy en esas disquisiciones tiendo a recordar (para reforzar mi argumentación o quizás para distraer la atención) la vez que una profesora de periodismo radial que había vivido bastante tiempo en Alemania trabajando para la Deutsche Welle (importante empresa de comunicaciones europea) nos dijo que si íbamos a trabajar en alguna radioemisora nos preocupáramos de entregar música latinoamericana.
Si hacíamos lo contrario, sentenció, simplemente estaríamos replicando el patrón cultural y comunicacional que ha hecho que los jóvenes de hoy escuchen principalmente a intérpretes norteamericanos e ingleses. No les importa qué están diciendo ni que éstos respondan a realidades muy distintas a las suyas.
En todo caso en este aspecto bastante hemos avanzado (a favor o en contra) a raíz del proceso homogeneizador de los medios de comunicación masiva y de las nuevas tecnologías de la información que hacen que a veces no sea muy distinto entrar a una disco en Santiago a una de San Francisco.
Recuerdo que en esa oportunidad le pregunté a la profesora si no creía que era un poco presumido que por el hecho de ser periodistas nos arrogáramos el derecho de decirle a la gente, los jóvenes en este caso, qué tenían que escuchar.
Jugué en esa ocasión con la idea de poner a Violeta Parra y que ellos, mis imaginarios radioescuchas, dijeran “no, no queremos escuchar a la Violeta, queremos Pink Floyd, Madonna y los Backstreet Boys” (hay que comprender que estoy hablando de principios de los noventa y que, en todo caso, es sólo un ejemplo imaginario que no tiene por qué ser tan coherente). Entonces yo les respondería “no, ustedes no quieren escuchar Pink Floyd, Madonna y los Backstreet Boys.
Ustedes creen que quieren escuchar música en inglés pero en realidad a ustedes les gusta la música en castellano. Lo que pasa es que el imperialismo yanqui los ha acostumbrado a la música anglo y no se dan cuenta.
Pero yo sí. Porque yo soy periodista y sé lo que es mejor para ustedes”.
Por supuesto que luego de esa perorata no encontré mucha acogida en la profesora, quien es una destacada periodista y académica, que me enseñó bastante sobre la profesión y el compromiso que ésta involucra.Sí, es verdad que la industria cultural que llevan adelante los medios de comunicación masiva genera cambios en la gente y en sus percepciones.
Y que es preciso relevar nuestra cultura para reforzar la identidad, pero considero que hay que tener bastante tino en esta tarea.
Porque es fácil subirse a la tarima y comenzar a pontificar sobre bueno y lo malo, lo que por nuestros conocimientos o experiencia creemos es lo mejor para la gente.Por supuesto que no puedo tampoco dejar de mencionar el caso contrario.
Cuando se le entrega a los televidentes, oyentes o lectores sólo lo que quieren, lo cual también tiene sus riesgos. Siempre estará latente el peligro de entregar información y debatir temas sólo al ritmo de la música que pone el people meter.
Nuestro rol es satisfacer a nuestros clientes y sus gustos, y les damos lo que ellos quieren.Y esto, creo, no es sólo un tema de los medios y los periodistas. Lo puede ser también de los políticos, el Gobierno, los profesores, los médicos y toda institución o persona que considere que existe una notable diferencia entre prestar un servicio y vender un producto. Entre tener clientes y usuarios.
No sé, cada uno debe ver cómo se debate en esta situación. Yo personalmente no creo ni en el trabajo desde el púlpito ni en el que se define sólo en los gustos de las personas. Me refiero al área informativa, por cierto.Quizás estoy equivocado y la realidad sea otra. Pero bueno, no será éste el momento de renunciar al derecho a creer que de interpretaciones está plagada la viña de la verdad y que si hay algo que permite a avanzar en el conocimiento es una buena cuota de duda sobre lo que algunos llaman la realidad.

0 comentarios:

Gracias por tu comentario, para nosotros es de vital importancia saber que contamos contigo.Agradecemos tus sugerencias.
Atte.
Editorial "Puerta del Cielo"