Jaime Méndez/AGENCIA JM para Redacción Usila.
Oaxaca, Oax.-
Ni la aplanadora priista impidió que el diputado convergente Benjamín Robles Montoya rompiera con rispidez el protocolo para subir a la tribuna desde donde encaró al gobernador Ulises Ruiz Ortiz.
El informe del presidente de la Comisión para la Defensa de Derechos Humanos de Oaxaca, Heriberto Antonio García se vio opacado y amenazada con suspenderse la sesión extraordinaria.
La novatez de la presidenta del Congreso, la priista Claudia Silva Fernández poco o nada sirvió para defender al mandatario estatal y solamente se enfrascó en discusiones con el protagónico convergente que al final se salió con la suya.
“¡Siéntate¡, ¡cállate¡, ¡hijo de Gabino¡”, gritaban desesperados los diputados priistas para quedar bien ante su jefe político que ni se inmutaba y si a caso dedicaba tiempo para dar uno tras otro, sorbos a su taza de café.
Desde la tribuna Benjamín Robles insistía y acusó primero a Ulises Ruiz de ser el principal violador de los derechos humanos en Oaxaca, y luego le exigió aclarar la muerte de más de diez oaxaqueños, desde el 2004 cuando Ruiz era candidato a la gubernatura de Oaxaca.
Terminada su intervención, Benjamín Robles regresó a su curul para permitir la intervención del ombudsman oaxaqueño, aunque en seguida solicitó retirarse “para no ser comparsa” de un “teatro montado”.
El legislador priista Jorge Guerrero “acompañó” al convergente para abandonar el improvisado salón de sesiones, pero en el trayecto le recriminó con dureza y vulgaridad: “No te pases de verga”, le dijo ante los reporteros.
Sin embargo, el legislador priista terminó aceptando una “charla” a puerta cerrada en el cubículo de Benjamín Robles.
Oaxaca, Oax.-
Ni la aplanadora priista impidió que el diputado convergente Benjamín Robles Montoya rompiera con rispidez el protocolo para subir a la tribuna desde donde encaró al gobernador Ulises Ruiz Ortiz.
El informe del presidente de la Comisión para la Defensa de Derechos Humanos de Oaxaca, Heriberto Antonio García se vio opacado y amenazada con suspenderse la sesión extraordinaria.
La novatez de la presidenta del Congreso, la priista Claudia Silva Fernández poco o nada sirvió para defender al mandatario estatal y solamente se enfrascó en discusiones con el protagónico convergente que al final se salió con la suya.
“¡Siéntate¡, ¡cállate¡, ¡hijo de Gabino¡”, gritaban desesperados los diputados priistas para quedar bien ante su jefe político que ni se inmutaba y si a caso dedicaba tiempo para dar uno tras otro, sorbos a su taza de café.
Desde la tribuna Benjamín Robles insistía y acusó primero a Ulises Ruiz de ser el principal violador de los derechos humanos en Oaxaca, y luego le exigió aclarar la muerte de más de diez oaxaqueños, desde el 2004 cuando Ruiz era candidato a la gubernatura de Oaxaca.
Terminada su intervención, Benjamín Robles regresó a su curul para permitir la intervención del ombudsman oaxaqueño, aunque en seguida solicitó retirarse “para no ser comparsa” de un “teatro montado”.
El legislador priista Jorge Guerrero “acompañó” al convergente para abandonar el improvisado salón de sesiones, pero en el trayecto le recriminó con dureza y vulgaridad: “No te pases de verga”, le dijo ante los reporteros.
Sin embargo, el legislador priista terminó aceptando una “charla” a puerta cerrada en el cubículo de Benjamín Robles.
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Atte.
Editorial "Puerta del Cielo"